El Cerro de La Mola concentra la singularidad arquitectónica de Novelda

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Cuenta la tradición cristiana que María Magdalena llevó un bálsamo a Jesús en una vasija. Este objeto cerámico que usó la patrona de Novelda es el que inspiró el diseño del Santuario de María Magdalena, joya del modernismo valenciano con planta en forma de jarro. Junto al edificio modernista comparten enclave en lo alto del cerro el Castillo y el Ecoalbergue La Mola. El entorno de La Mola aúna una enorme belleza paisajística y un gran valor ecológico y cultural, a un paso de la ciudad, pero con la tranquilidad que en ella no encontramos. Un lugar ideal para disfrutar de una escapada en solitario, con amigos, en pareja o en familia.

El primero de los actuales inquilinos del cerro fue el Castillo, construido en el siglo XII sobre una antigua construcción romana. La fortaleza de origen almohade es original por la forma triangular con la que se alzó su torre, conocida como “Torre de los Tres Picos”, que la convierte en única en Europa. El peculiar torreón está situado al fondo del patio de armas y se construyó muchos años después que el resto de la fortaleza, ya en el siglo XIV. En el año 1931 este bastión islámico fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

La otra construcción histórica que destaca en la colina es el mencionado Santuario de María Magdalena, un edificio religioso en el que se puede observar una marcada influencia modernista, movimiento artístico presente en otros edificios del casco urbano de Novelda. El arquitecto local José Sala se inspiró en la Sagrada Familia de Gaudí, en Barcelona, para diseñar este templo. Los trabajos de obra del santuario empezaron el 29 de enero de 1918 pero hubo que esperar hasta el año 1946 para su inauguración.

Los visitantes que se sitúen frente a la portada principal podrán ver cómo está escoltada por dos torres laterales de 25 metros de altura, coronadas por una cruz de piedra. Esta misma cruz se puede encontrar también en la cúpula y sobre los arcos superiores de la fachada. La fachada es de piedra rústica alternada con hiladas de ladrillo que le dan un colorido vistoso. Alrededor de la ermita hay una sucesión de arcos apuntalados coronados por una cruz, de los cuales se dice que también tienen reminiscencias gaudianas.

El entorno natural y cultural de la comarca del Vinalopó Mitjà está reflejado en la decoración. Si fijamos nuestra vista podemos encontrar guijarros del río Vinalopó, azulejos policromados, ladrillos rojizos o mampostería.
El último de los habitantes de la colina es el Ecoalbergue La Mola, rodeado por este rico patrimonio cultural y ambiental, entre el castillo y el santuario, dos construcciones únicas y singulares. Antiguamente en la instalación se ubicaba el convento de las Dominicas Oblatas, que encontraron en él un lugar de retiro espiritual entre 1974 y 2008. Este equipamiento se inauguró en 2017 con una capacidad para 44 plazas distribuidas en 8 habitaciones. El albergue cuenta con aseos de uso común, duchas y vestuarios, una sala multiusos y un restaurante-cafetería. Además, la sala de lectura está orientada con vistas al santuario.

Si después de visitar el santuario y el castillo todavía tenéis tiempo, son muchas las actividades que se pueden realizar desde el Ecoalbergue de La Mola. Los diferentes PR marcados permiten transitarlos haciendo senderismo, ciclismo o excursiones en familia. Cerca del paraje encontramos también los refugios canteros y los famosos “Clots de la Sal”. El mismo Ecoalbergue organiza también actividades en la naturaleza, de carácter lúdico y cultural.